Que una mayoría decida algo no significa que esa mayoría
tenga razón.
En la historia de la humanidad hay múltiples ejemplos de
ello. Como muestra podemos recordar que Hitler accedió al gobierno de Alemania
por el voto de la mayoría, Bush al de Estados Unidos por medio de elecciones libres
donde también obtuvo la mayoría. No es necesario recalcar que en ambos casos la
decisión de la mayoría fue incorrecta.
En las últimas
elecciones, CFK obtuvo casi el 54 % de los votos del electorado.
Esa mayoría la autoriza a hacer cualquier cosa que se le
ocurra?
Sus funcionarios, amparados en ese porcentaje, pueden actuar
arbitrariamente e impunemente?
No es necesario responder a esas preguntas. Cualquier persona
medianamente cuerda, sabe que la respuesta es no.
No obstante, cuando se hace una objeción a una medida
decidida por la presidente, los kirchneristas se escudan mencionando el
porcentaje que obtuvieron en la última elección para desacreditar a cualquiera
que ose cometer semejante sacrilegio.
Que le ocurrió a la presidente en estos 6 meses de
gobierno?.
Por qué un gobernante
elegido democráticamente se transforma en un autócrata?
Se afirma frecuentemente que el poder corrompe y hay
múltiples ejemplos de ello. Probablemente obtener el 54 % de los votos hizo que
la presidente se crea omnipotente y que no es necesario rendir cuentas de sus
actos a nadie.
Amparada en esa soberbia, decidió el traslado de su hijo en
el avión presidencial, para un viaje privado que nos costó a todos y todas casi
60.000 dólares, cuando la fortuna personal que tiene Cristina, le hubiera
permitido pagar un avión privado.
Cuando los gobernantes se abusan, tarde o temprano terminan
mal y lo peor de ello es que siempre hay consecuencias que paga el pueblo. Y esas
consecuencias las paga todo el pueblo, no sólo el 54 % que la votó.
Señora Fernández de Kirchner, todavía está a tiempo de
rectificar. Todavía está a tiempo de retomar el rumbo. Sería muy lamentable que
perdamos nuevamente la oportunidad que nos da esta circunstancia histórica.
Todavía está a tiempo de recordar lo que verdaderamente
significa la palabra democracia.
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