miércoles, 28 de abril de 2021

No soy un gato, soy un león

 Los médicos afirman que para poder curarse de una enfermedad, primero hay que reconocer que se la padece.

Si el enfermo no reconoce su enfermedad, la curación se dificulta y muchas veces se hace imposible.
Nuestro país está enfermo: de corrupción, de soberbia, de intolerancia, de falta de respeto hacia las opiniones de otros, de funcionarios que nos mienten impunemente.
Quienes nos gobiernan no son capaces de reconocer que nuestro país está enfermo.
No pueden reconocer que el triunfo en las urnas, solo transforma a los partidarios de un sector político en primera minoría.
Y mucho menos pueden reconocer que las primeras minorías pueden y suelen ser transitorias.
Muchos de nosotros estamos hartos de las mentiras, de la corrupción de los funcionarios de turno, del ninguneo, de que se nos descalifique permanentemente y se nos insulte. Estamos hartos de la soberbia, de la impunidad.
La misma vicepresidente de la nación emplea esa metodología: recuerdo cuando tildó a los docentes de vagos, cuando calificó al abuelito de amarrete, cuando comparó los reclamos de los jubilados con los fondos buitres, o la descalificación de la Universidad de la Matanza etc etc.
No comprendo que es lo que les gusta a los compañeros que refiriéndose a la señora dicen "me gusta". Quiero comprenderlos! que les gusta? como se peina? como se viste? como habla? como gobierna? Su fortuna? Si les pregunto, que les gusta, se ofenden mortalmente y no contestan.
En la década del 90 Menem me parecía simpático, (si recordamos los porcentajes con los que accedió a la presidencia, fuimos muchos los que lo encontrábamos simpático) pero eso no me impidió valorar -ya sea positiva o negativamente-, sus medidas en el gobierno.
¿es posible que los simpatizantes K hayan perdido la objetividad?
Me preocupa mucho este fanatismo, me preocupa el "vamos por todo" porque me hace acordar "al 5 por uno" o al "con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes".
Cuando un gato se siente un león, no es el espejo el que tiene la culpa.
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