domingo, 11 de noviembre de 2012

El boicot Montgomery

Lo que voy a relatar ocurre en Montgomery, capital del Estado de Alabama en 1955.

Por entonces la segregación racial es una realidad en los Estados Unidos de Norteamérica y especialmente en los Estados Sureños.
La convivencia entre “blancos” y “negros” es difícil, no comparten espacios ni lugares públicos.
La discriminación hacia los afroamericanos es tal, que los baños tienen letreros donde se advierte: “solo blancos” o“negros no”.
Las leyes imperantes, heredadas del sistema esclavista del siglo XIX, tienen como premisa que “los afroamericanos son inferiores y deben ser marginados de la sociedad blanca y superior”.
En este contexto social y político vive Rosa Park, La Rosa Negra de Alabama. Esta costurera afroamericana nacida hace 42 años en Montgomery, cansada después de todo un día de trabajo, se prepara el 1º de diciembre para regresar a su casa en autobús.
Un autobús igual a todos los que circulan en la ciudad, con pocos asientos y con una línea en el suelo de inequívoco significado: delante de la línea los pasajeros blancos, los negros detrás.
Las leyes y las costumbres indican que la gente de color sube al autobús por la puerta delantera para pagar su viaje al conductor, luego baja por esa misma puerta a la acera, para subir nuevamente por la puerta trasera y mantenerse en la parte posterior de vehículo.
En los asientos del medio, cercanos a la línea divisoria pintada en el suelo del transporte público, se pueden sentar los negros, siempre y cuando ningún blanco esté de pie y le requiera el asiento.
Rosa sube al autobús como lo hace diariamente por la puerta delantera, paga su boleto, desciende por la misma puerta que subió, se dirige hacia la puerta trasera y asciende nuevamente para acomodarse en uno de los asientos cercanos a“la línea divisoria de blancos y negros”.
El transporte continúa su marcha y unos minutos después aborda un joven blanco. Inmediatamente el conductor le ordena a Rosa que ceda el asiento al joven, como lo dispone la ley.
Rosa no lo obedece y permanece inmóvil en su asiento.

-Haré que te arresten-, amenaza el conductor.
-Puede hacerlo-, contesta ella.
Esta actitud ocasiona su arresto, pasa la noche en el calabozo y paga una multa.
En la noche de la detención de Rosa, la Jefa del Consejo Político de la Mujer, Jo Ann Robison, imprimió y distribuyó un folleto a toda la comunidad negra de la ciudad que dice:
Otra mujer fue arrestada y encarcelada por no querer levantarse del asiento que ocupaba en el autobús, para cederle el lugar a una persona de tez blanca. Es la segunda vez desde el caso de Claudette Colvin que una mujer de color es arrestada por tal motivo. Esto tiene que dejar de suceder. La gente de color también tiene derechos, y si dejasen de usar el sistema de autobuses, tal sistema no podría seguir operando. Tres cuartas partes de los pasajeros de autobús son negros, y de todas formas somos arrestados, o tenemos que viajar de pie aunque haya asientos vacíos enfrente nuestro. De no hacer nada en pos de detener estos arrestos, van a continuar sucediendo. La próxima vez podrías ser tú, o tu hija, o tu madre. El juicio de esta mujer será el lunes. De tal forma, pedimos a cada negro que se rehúse a viajar en autobús este lunes en protesta a este arresto y juicio. No tomes autobuses al trabajo, ni a la ciudad, ni a la escuela, ni a ningún lugar el lunes. Puedes faltar al colegio un día si no tienes otra forma de ir que no sea el autobús. También puedes permanecer fuera de la ciudad, sólo por un día. En caso de que trabajes, toma un taxi o bien, camina. Pero por favor, niños y adultos, no usen el autobús el lunes.
A partir de allí comienza el Boicot a los autobuses de Montgomery.
Los usuarios negros de la línea de transporte implementan un sistema de coches compartidos, con los dueños de los automóviles conduciendo a la gente a varios destinos. Algunas amas de casa blancas, en desacuerdo con la segregación, llevan a sus sirvientes negros al trabajo. Taxistas negros cobran la tarifa equivalente a la del bus apoyando al boicot.
Las autoridades locales deciden multar a los taxistas que aplican esa tarifa. Algunas personas utilizan medios no motorizados para desplazarse, usar bicicletas, caminar o montar mulas es usual. En las horas pico, las veredas están repletas y se generaliza el auto-stop.
En todo el país las iglesias negras recaudan dinero para financiar el boicot, donando calzado nuevo para reemplazar los viejos y gastados zapatos de los ciudadanos negros de Montgomery, muchos de los cuales prefieren caminar en vez de tomar los buses y someterse a las leyes de Jim Crow.
Indignado y hastiado por la situación, un joven y desconocido pastor bautista llamado Martin Luther King organiza las protestas contra la segregación en los autobuses públicos de Montgomery. Los treinta mil afroamericanos de la ciudad participaron en marchas que alcanzaron los nueve kilómetros de longitud mientras coreaban "Mis pies, cansados. Mi alma, ¡liberada!".
En respuesta a estos hechos, algunos blancos recurren a la violencia. Incendian las casas del reverendo Martin Luther King y de Ralph Abernathy y también cuatro Iglesias Bautistas de la colectividad afroamericana. Los boicoteadores son atacados físicamente y eso motiva más manifestaciones de protesta donde frecuentemente son arrestados y encarcelados.
La situación prolifera en todo el país y las denuncias llegan a la Corte Suprema de Justicia.
El 4 de junio de 1956 el Tribunal de Distrito Federal dictamina que las leyes raciales de Alabama de Segregación de Autobuses son inconstitucionales.
Sin embargo, un recurso de apelación mantiene la situación sin variantes y el boicot continua, hasta que el 13 de noviembre de ese año, la Corte Suprema confirma el fallo del Tribunal del Distrito.
Esta victoria de los afroamericanos provoca la firma de una ordenanza municipal que permite a los pasajeros negros del autobús ocupar cualquier asiento y elimina la línea divisoria de los transportes
El boicot finaliza oficialmente el 20 de diciembre de 1956, después de 381 días de su inicio.
El “boicot de autobuses de Montgomery”, tuvo ramificaciones que llegaron mucho más allá de la eliminación de la segregación en los autobuses públicos de Alabama.
Repercutió en todo los Estados Unidos, estimuló el movimiento de los derechos civiles nacionales y dio a Martin Luther King trascendencia nacional convirtiéndolo en uno de los principales líderes de la causa a favor de los derechos civiles de la gente de color y en contra la segregación racial.