sábado, 3 de junio de 2017

Mi abuelo, un inmigrante siciliano.

Hoy es el día del inmigrante italiano.
Soy argentina y estoy orgullosa de eso, pero la tres cuarta parte de mi sangre es italiana y me reconozco en la gente de ese hermoso país.
Mi abuelo Leonardo, refugiado de Guerra, viajó a la Argentina en 1918, sin saber a donde venía, sin papeles, sin equipaje, sin conocer el idioma, solo y probablemente sin esperanzas, sabiendo que abandonaba su tierra para siempre y sin posibilidad de volver a verla. 
Emigró de su país después de haber peleado en una guerra que no buscó y donde fue prisionero en un campo de concentración.
Argentina lo recibió sin preguntar, lo albergó, lo protegió, le dio trabajo y le permitió fundar una familia. Mi nonno amaba y respetaba a La Argentina. Nunca hablaba de la guerra, nunca hablaba de Sicilia, pero en sus ojos azules se podía ver la nostalgia por su tierra , Sicilia, a la que nunca pudo volver.
Su historia es similar a la de miles de inmigrantes expulsados de sus países por distintas razones y muchas veces escapando de la miseria, la violencia y el hambre.
En el día que recuerda el éxodo masivo de los italianos que debieron emigrar a América, los políticos italianos les piden disculpas a sus emigrantes, en medio de una crisis económica que ni se acerca a la que los expulsó del su tierra en el pasado pero que les hace pensar a sus ciudadanos en partir otra vez.
No sè si es suficiente que los políticos italianos pidan disculpas, pero al menos lo hacen.
En definitiva, pedir disculpas demuestra algo de grandeza y quizà encierre el deseo de mejorar la forma en que ejercen la política.
Saludos para los que llegaron de Italia, hace tiempo y también para los argentinos con sangre italiana y para los inmigrantes que viven en Argentina o en otra nación distinta a la suya, espero que puedan volver alguna vez a su tierra aunque sea por unos días...