sábado, 25 de julio de 2015

el primer presidente negro de USA

el siguiente artículo de la historiadora Valeria Carbone, especialista en historia de los Estados Unidos
sobre la presidencia de Barack Obama, lo recomiendo

http://tiempo.infonews.com/nota/163750/un-hito-en-la-historia-de-los-ee-uu

la profesía de Fidel



"Estados Unidos vendrá a dialogar con nosotros cuando tenga un presidente negro y haya en el mundo un Papa latinoamericano".

la predicción de Fidel Castro contada poe  Pedro Jorge Solans, periodista, narrador y ensayista argentino, publicado por el sitio Cuba Sindical, a continuación:

Caminar por la calle Obispo en el corazón de La Habana Vieja incita a preguntarse: ¿A quién se le hubiera ocurrido pensar en los años 70 que un Papa latinoamericano abriría el cerco económico genocida más cruel de la historia? 
Detenerse frente a la Bodeguita del Medio y mirar todas las Cuba que hubo en tan sólo un siglo produce recogimiento.
Moví los hombros, y recorrí con la vista los viejos edificios que alguna vez fueron mansiones de los que se fueron, y hoy son edificios roídos ocupados por la migración interna. Los orientales dejaron sus pueblos para volcarse a la ciudad en los primeros años de la revolución. Les dicen ‘palestinos’, me dijo Cecilia Rodríguez, una habanera que fue testigo de mi sensación.
Una conversación telefónica de 45 minutos entre Barack Obama y Raúl Castro produjo el deshielo del témpano más dañino que sufrió un país de América Latina. La reunión en el Vaticano fue decisiva, aunque las conversaciones se desarrollaron en su primera etapa en Canadá.
“El restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba cambiará sustancialmente el comercio y la geopolítica de las Américas y pondrá a Francisco en condiciones para recibir el Premio Nobel de la Paz 2015. Es el hecho histórico menos pensado del Siglo XXI”, señaló sonriente mi anfitriona.
Antes de despedirnos tomamos un helado Coppelia en la plaza de “Las Palomas” y le di como símbolo de nuestro encuentro un escrito: “Cuba, tan pacientemente sabia, tan dulcemente digna, tan armoniosamente viva”.
Sin esperar respuesta salí hacia otro encuentro a pocos minutos de allí. Me esperaba un taxi de la flota Cubataxi con Eduardo de la Torre en el volante. Anduvimos bastante hasta dar con Marta Rojas Rodríguez, la escritora y periodista emblemática de la revolución, reconocida por sus novelas pero más por ser ejemplo revolucionario desde su histórica cobertura periodística del asalto al Cuartel Moncada en Santiago de Cuba realizada el 26 de julio de 1953.
En 1973, apenas regresó de una visita por Vietnam, el comandante Fidel Castro se sometía a una de las tantas rondas de prensa internacional que diera durante su mandato. La Guerra Fría estaba bien fría, y el periodista Brian Davis de una agencia inglesa le preguntó:
-¿Cuándo cree usted que se podrá restablecer las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, dos países tan lejanos a pesar de la cercanía geográfica?
Fidel Castro lo miró fijo y respondió para todos los que estaban en la sala:
-Estados Unidos vendrá a dialogar con nosotros cuando tenga un presidente negro y haya en el mundo un Papa latinoamericano.
Algunos periodistas se escondieron detrás de una mueca irónica y otros, entre quienes estaba Davis, hicieron moderados gestos incrédulos. La conferencia siguió como si la pregunta de Davis hubiera sido una estupidez. Interesaba más Vietnam.
Eduardo de la Torre era estudiante en aquella época, y en el restaurante Sofía ubicado en la avenida 23, en pleno barrio El Vedado de La Habana, recordó aquel episodio como si estuviera dando una cátedra de eternidad.
Asombrosamente estaba frío en toda la Isla. Las bajas temperaturas venían de las copiosas nevadas que sufrían los vecinos del norte. Eduardo no podía creer que yo anduviera sin equipo de mate como nos caracterizan en varios sitios del planeta.
-Fíjate tú chico, nadie le creía al Comandante; pero cómo no creerle al Comandante que resucitó más veces que Jesucristo.
-¿Cómo decís eso Eduardo?, le reproché, haciendo alarde de mi supuesta pacatería “católica”.
-Sí, pues sí, con todo respeto por Jesucristo, porque oye chico, ¿cuántas veces mataron a Fidel? Cuente en la prensa internacional cuántas veces lo mataron y te darás cuenta tú de cuántas veces resucitó.

un último vuelo en Cuba

Cuba es un país maravilloso y cuenta con miles de cayos, pequeños islotes rodeados por el mar. El Caribe es increíblemente turquesa, con aguas cálidas y transparentes. Tuve el placer de viajar allí con mi esposo y nuestras hijas.
Aunque en julio se registran huracanes, también es una época fantástica para disfrutar de las playas. En el aeropuerto de Cayo Largo, una hermosa isla de 37 km cuadrados, 18 turistas –mayoritariamente españoles– quedamos varados a causa de un huracán. Nos entreteníamos con la transmisión por la televisión del pequeño aeropuerto de los actos conmemorativos del aniversario del asalto al cuartel La Moncada. Ese 26 de julio, el maratónico discurso de Fidel Castro hizo más llevadera la espera y me permitió conocer algo más de la historia cubana, mientras se escuchaba el silbido del viento huracanado.
Después de varias horas, cuando el huracán se calmó, nos informaron que en la pista estaba dispuesto el avión que nos trasladaría a La Habana. Sin perder de vista el carrito del equipaje, comenzamos la breve caminata hacia la pista, que estaba desierta. A unos cincuenta metros pude observar una pequeña avioneta antigua, de esas que tienen alas dobles y a un hombre mayor que intentaba hacer girar las hélices delanteras por el sencillo procedimiento de darle un fuerte envión a una de sus aspas.
Cuando el hombre de mameluco blanco y antiparras se acercó a nosotros empecé a temer lo peor. Nos dijo que el avión estaba listo para partir, que debíamos acomodarnos en 14 asientos y cargar nuestras valijas sobre la falda. No acepté la propuesta. Me negué rotundamente a subir a ese vetusto aparato.
No repetiré todos los argumentos que esgrimí y las amenazas que proferí, lo cierto es que mientras la reliquia de museo partía con los pasajeros restantes, a nosotros nos trasladaron en un jeep a un hermoso hotel de la playa, donde pasamos una noche más en ese lugar paradisíaco.
Al otro día nos trasladaron a La Habana en un avión más moderno. Después de recorrer la ciudad y visitar la Plaza de la Revolución, nos informaron que aquella antigua avioneta había sido utilizada en la Segunda Guerra Mundial y que el piloto había hecho su último viaje antes de jubilarse.
Días después, cuando llegamos a Buenos Aires, me esperaba una carta de las autoridades cubanas, en la que se disculpaban por lo sucedido. Pensé en responderla, pero preferí disculparme personalmente en mi próximo viaje a la isla. Espero que sea pronto.

jueves, 2 de julio de 2015

Un mito del siglo XX



un mito del siglo XX
sin duda existen muchas cosas que se le pueden criticar, pero por algo fue lo que fue y es lo que es:
“Si se me considera un mito, es mérito de los Estados Unidos."
Esta afirmación de Fidel Alejandro Castro Ruz encierra mucho de verdad. Fidel Castro, el eterno líder de la revolución cubana, es uno de los últimos mitos vivientes del siglo XX y una parte de la construcción de ese mito se debe al poderoso país del norte.
El siempre eterno Fidel no ha pasado desapercibido en su larga vida,  ha organizado una revolución, ha sido el artífice de la República de Cuba,  ha  piloteado el descontento contra el imperialismo norteamericano, ha sido el referente de la izquierda mundial, ha inspirado la lucha armada de la guerrilla y lo que no es poco, ha  sorteado  con éxito a más de 640 intentos de asesinato.
Con habanos envenenados, explosivos, francotiradores, mercenarios o bellas espías, Fidel ha sido el blanco de sus enemigos durante más de cinco décadas, pero el líder cubano se espera que llegue vivo a los 89 años el próximo 16 de agosto aunque convaleciente de una enfermedad.
Los relatos que se escuchan sobre  los intentos del magnicidio se parecen a los filmes de espías y  todos fracasaron a minutos de cumplir su objetivo. En una ocasión, le regalaron una caja de habanos envenenados que el comandante decidió no fumar, más tarde lo intentaron con un batido de chocolate pero el encargado de colocar  la cápsula de veneno se arrepintió. La bomba oculta en el lugar donde practicaba la pesca submarina fue descubierta por sus custodios.  El traje de buzo envenenado que le regalaron nunca fue estrenado ya que el que usaba regularmente era nuevo.
El agente del  FBI Allen Nye que intentaba balearlo fue detenido por la policía. Frank Sturgis de la CIA no pudo llevar a cabo sus planes de matarlo por razones que se desconocen.  Marita Lorenz reclutada por Sturgis se negó a asesinarlo por amor. Walter Martino, contratado por la Central de Inteligencia,  fue detenido en  el momento de colocar una bomba  bajo la tribuna donde hablaría Castro poco después. David Atlee Phillips, alias Maurice Bishop, agente encubierto de la Cía en Cuba,  encargado de dirigir la guerra psicológica contra el gobierno de ese país, intentó dispararle en varios actos públicos pero no pudo hacerlo. Una carga de poderosos explosivos a punto de ser colocados por un comando anticastrista en la Universidad de Panamá donde hablaría Fidel, fue descubierta por la policía.
Y los intentos, tanto del gobierno norteamericano como de los opositores a Castro, siguieron en forma constante desde que “la momia habanera” como lo llaman en Miami los exilados cubanos, llegó al poder en 1959.
Junto a los planes de asesinato también se pueden contabilizar estrategias  que intentaban ridiculizarlo: rociar con LSD un estudio de televisión para afectar su conducta, espolvorear sus zapatos con un polvo especial para que se le cayera la barba y otros complots tan creativos como ridículos.
El atentado al vuelo 455 de Cubana, el 6 de octubre de 1976, donde murieron 73 personas, fue un plan del ex agente de la Cia Luis Posada Carriles en un intento de desprestigiarlo junto a su gobierno.
En 2007 se desclasificaron los documentos de la Cía llamados “Joyas de la Familia”, se conoce entonces la  Operación Zrrifle que planificaba un nuevo intento de asesinato de Fidel Castro empleando como brazo ejecutor a la Mafia italo-cubana-norteamericana a la que se le ofrecía un millón de dólares por ello.
Los intentos de asesinato contra el líder cubano, la organización de grupos de bandidos en las sierras cubanas, la infiltración de grupos para sabotear objetivos civiles y militares cubanos, el incremento de ataques piratas a las costas del país, la guerra bacterológica contra la agricultura, los secuestros de naves aéreas y marítimas, el aliento a los balseros, las provocaciones militares en aguas jurisdiccionales cubanas, los vuelos espías, la entrega de dinero como aliciente a los exilados cubanos al llegar a territorio norteamericano, las agresiones a las representaciones cubanas en distintos países, el reclutamiento de técnicos y científicos cubanos, la introducción en Cuba de un virus de la fiebre porcina africana que terminó con el ganado de esta especie, los atentados terroristas contra blancos cubanos, el famoso bloqueo…..
Una persona que sale indemne de 640 intentos de asesinato algo ha de tener. Suerte quizá?
Ángel? . Por algo se llega a líder de un pueblo, a mito, a icono de una generación. Por algo será.